El mandatario estadounidense, Joe Biden, tomó un altavoz en una protesta laboral este martes y pidió a los trabajadores del sector automotriz que están en huelga que “sigan adelante”, en una muestra de apoyo sin precedentes para un movimiento sindical por parte de un presidente en la historia moderna.
Portando una gorra del sindicato y chocando los puños, Biden dijo a los trabajadores del sindicato United Auto Workers que “se merecen el significativo aumento salarial que necesitan” mientras visitaba la zona metropolitana de Detroit un día antes de la visita prevista del expresidente Donald Trump, el favorito para ganar la nominación del Partido Republicano para la elección presidencial del próximo año.
“¡Sin acuerdo no hay ruedas!”, coreaban los trabajadores cuando Biden llegó a un almacén de distribución de piezas de recambio de General Motors, una de varias instalaciones que ha sido objeto de una huelga cada vez más amplia que se encuentra en su 12do día. “¡Sin pago no hay autopartes!”.
A pesar de las preocupaciones de que una huelga prolongada podría afectar la economía, sobre todo en el reñido estado de Michigan, el presidente demócrata alentó a los trabajadores a seguir luchando por mejores salarios en un momento en el que las compañías automotrices han registrado mayores ganancias.
Cuando le preguntaron si los miembros del sindicato UAW merecían un aumento salarial del 40%, una de sus exigencias en las negociaciones, Biden respondió: “Sí, creo que deberían poder negociarlo”.
La Casa Blanca señaló que Biden es el primer presidente de la historia moderna que participa en una huelga, lo que es un indicio de lo lejos que está dispuesto a ir para cultivar el apoyo sindical mientras busca reelegirse.