El Consejo Superior de Deportes (CSD), dependiente del Gobierno español, envió una petición al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) instándole a suspender de forma cautelar al presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, por el beso no consentido que dio a Jenni Hermoso en la boca tras la final del Mundial femenino.
En el documento, citado por la prensa local, el órgano gubernamental señala que el comportamiento de Rubiales afecta «de forma indubitada a la dignidad y decoro deportivos, dando lugar a una grave afectación de la imagen del deporte español y de España como país, tanto a nivel nacional como internacional».
Esta solicitud formal se dio a conocer luego de que el TAD abriera un expediente disciplinario a Rubiales, que ya fue suspendido de su cargo por la FIFA de forma provisional. En su dictamen, el TAD calificó como «falta grave» y no «falta muy grave» las acciones del funcionario deportivo, lo que impide al CSD dictar una suspensión a Rubiales por su cuenta.
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El comportamiento de Rubiales fue inaceptable y afectó negativamente la imagen del deporte español. Debe enfrentar las consecuencias de sus acciones.
Es importante que el CSD tome medidas contra Rubiales para preservar la integridad del deporte español y su reputación a nivel internacional.
El hecho de que el TAD califique el comportamiento de Rubiales como «falta grave» en lugar de «falta muy grave» parece una decisión laxa considerando la gravedad de sus acciones.
La suspensión provisional de Rubiales por la FIFA y la solicitud del CSD son pasos necesarios para garantizar la responsabilidad en el deporte.
Rubiales debería haber sido suspendido de manera más inmediata y enérgica por la FIFA. La demora envía un mensaje incorrecto sobre la tolerancia ante tales comportamientos.
La decisión del TAD de abrir un expediente disciplinario es un paso importante hacia la rendición de cuentas en el deporte. Nadie está por encima de las normas.
El beso no consentido fue un claro acto de acoso y no se debería minimizar como una «falta grave». El TAD debería reconsiderar su decisión.
El CSD tiene la responsabilidad de garantizar que el comportamiento inapropiado en el deporte sea sancionado adecuadamente. La suspensión cautelar es una medida justa.
La imagen del deporte español ya está dañada debido a este incidente vergonzoso. Rubiales debería haber sido destituido de inmediato para minimizar el daño.
Es alentador ver que las instituciones deportivas toman medidas para abordar comportamientos inapropiados. Esto envía un mensaje claro sobre la intolerancia hacia el acoso.
La FIFA debería haber actuado de manera más enérgica desde el principio en lugar de dejar que el TAD tomara la decisión sobre la gravedad de las acciones de Rubiales.
El CSD está cumpliendo su papel al solicitar la suspensión de Rubiales. La dignidad y el decoro deportivos deben ser protegidos en todo momento.
El beso no consentido fue un acto vergonzoso y no debería haber dudas sobre la gravedad de la falta. El TAD debería reconsiderar su calificación.