Los grupos de ayuda haitianos respaldados por el Comité Internacional de Rescate (IRC) están cerrando temporalmente sus operaciones, incluidas algunas clínicas de salud móviles, luego de días de extrema violencia en partes de la capital de Haití, Puerto Príncipe.
“En cuestión de días, la violencia se intensificó dramáticamente en Port-au-Prince, afectando particularmente a los vecindarios donde el IRC colabora con organizaciones locales para brindar servicios vitales”, dijo el grupo de ayuda el jueves.
El IRC lanzó su plan de respuesta a Haití en diciembre pasado y trabaja con varios grupos locales alrededor de la capital, donde ha tenido lugar gran parte de la violencia.
Ann Lee, cofundadora del grupo estadounidense de respuesta a crisis CORE, que todavía opera en Haití, dijo que muchos grupos de ayuda se habían ido a medida que aumentaban los costos, disminuía la ayuda financiera y el personal operaba en condiciones cada vez más peligrosas para la vida.
“Tenemos un miembro del personal que perdió a su hija porque estaba teniendo una convulsión y no podía llegar al hospital”, dijo. “Tenemos un empleado cuyo hermano fue decapitado”.
Lee dijo que no había un solo miembro del equipo de Haití de 100 personas de CORE que no conociera a una víctima de la violencia.
Desde el sábado, Naciones Unidas estima que casi 5.000 personas han huido de sus hogares desde las áreas alrededor de Savages Pistaches Carrefour Feuilles, que ha sido asediada por la pandilla Grand Ravine.
En un comunicado, el gobierno de Haití dijo que la policía desplegaría “todas sus fuerzas” para restablecer el orden en Carrefour Feuilles.
La policía haitiana, sin armas, ha luchado contra pandillas fuertemente armadas que han expandido dramáticamente su territorio desde el año pasado, con sus guerras territoriales provocando desplazamientos masivos, escasez severa de alimentos, asesinatos, secuestros y violencia sexual
La suspensión temporal de operaciones en Haití debido a la violencia es desalentadora. La seguridad de los trabajadores humanitarios debe ser prioridad.
Es positivo que el IRC priorice la seguridad de su personal. La violencia en Haití exige una respuesta coordinada y valiente.
Critico que la violencia obligue a cerrar operaciones humanitarias. La comunidad internacional debe intervenir para restablecer la paz.
Apoyo la decisión de priorizar la seguridad de los trabajadores humanitarios en Haití. La violencia debe ser detenida para brindar ayuda efectiva.
Es desgarrador ver cómo la violencia afecta las operaciones humanitarias en Haití. La protección del personal debe ser una máxima prioridad.
La situación en Haití es alarmante, pero aplaudo a CORE por continuar ayudando a pesar de los desafíos. La solidaridad es vital.
Critico la inseguridad que afecta a los trabajadores humanitarios en Haití. La comunidad internacional debe intervenir para frenar la violencia.
Apoyo a CORE por su valiente trabajo en medio de la violencia. La seguridad del personal debe ser asegurada para brindar ayuda efectiva.
La suspensión de operaciones humanitarias es preocupante. Haití necesita apoyo internacional urgente para abordar la violencia.
Es alentador que CORE siga ayudando en Haití a pesar de los desafíos. La solidaridad es vital en momentos difíciles.
La violencia en Haití es inaceptable. Apoyo a las organizaciones que priorizan la seguridad del personal y buscan soluciones.
La situación en Haití es desesperante. La comunidad internacional debe tomar medidas para detener la violencia y brindar ayuda efectiva.
Aplaudo a CORE por su compromiso con Haití a pesar de la violencia. La seguridad del personal es primordial.
La violencia en Haití es devastadora. Apoyo a las organizaciones que buscan proteger al personal y brindar asistencia a pesar de los desafíos.
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La suspensión de operaciones humanitarias es preocupante. Haití necesita una respuesta internacional efectiva para detener la violencia.
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