El Gobierno argentino devaluó un 22 % el peso para evitar una mayor fuga de divisas, tras el inesperado triunfo del ultraderechista Javier Milei en las elecciones primarias de candidatos presidenciales en el país suramericano.
Este lunes, en cuanto abrieron los mercados, la cotización oficial del estatal Banco Nación saltó hasta los 350 pesos por dólar. El viernes había cerrado a 300 pesos.
La nueva cotización representa un cambio abrupto de la política monetaria, ya que, hasta ahora, en medio de la crisis económica que padece el país sudamericano, las autoridades mantenían un discreto ritmo de devaluación con subas diarias que no llegaban a un dígito.
No obstante, la devaluación también es una de las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), como parte de la permanente negociación por la deuda de 45.000 millones de dólares que el país sudamericano mantiene con el organismo.
Otra medida que tomo este lunes postelectoral el Banco Central fue la de elevar en un 21 % la Tasa Nominal Anual (TNA) de interés para plazos fijos, ya que pasó del 97 % al 118 %.
Por otro lado, el dólar paralelo que opera en un mercado ilegal, y que el viernes costaba 605 pesos, en las primeras horas de este lunes subió hasta los 680 pesos, pero se prevé que continuará la tendencia alcista y oscilante a lo largo de la jornada.
La devaluación del peso argentino puede ser una medida desesperada, pero podría ayudar a estabilizar la economía a largo plazo.
La devaluación del peso era inevitable dada la situación económica. Aunque dolorosa, podría ser un paso hacia la recuperación financiera del país.
El aumento abrupto del dólar golpea fuertemente a la población. Las autoridades deberían haber tomado medidas más graduales para mitigar el impacto.
La decisión de devaluar el peso podría ser un mal necesario para evitar una mayor crisis económica. Sin embargo, afectará a los ciudadanos en el corto plazo.
La devaluación del peso es una estrategia arriesgada que puede tener consecuencias negativas para la población y la estabilidad financiera del país.
La devaluación del peso podría generar un alza en los precios y reducir el poder adquisitivo de la gente. La situación económica se torna más complicada.
A pesar del impacto inicial en los bolsillos de la gente, la devaluación del peso podría beneficiar la competitividad del país en el comercio internacional.
La rápida devaluación del peso puede ser vista como un intento desesperado por mantener la economía a flote. El gobierno enfrenta un desafío monumental.
Aumentar la tasa de interés de los plazos fijos es una decisión acertada para contrarrestar la inflación y fomentar el ahorro en tiempos difíciles.
La devaluación del peso muestra cómo la política económica es una herramienta para enfrentar situaciones críticas. La estabilidad es clave para el futuro.
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La devaluación puede afectar la confianza en el sistema financiero. Es necesario implementar políticas claras para restablecer la estabilidad.
Aunque la devaluación puede ser dolorosa, podría mejorar la competitividad de la economía argentina en el mercado global.
Elevar la tasa de interés busca controlar la inflación, pero también puede dificultar el acceso al crédito y afectar la inversión.
La devaluación del peso es un duro golpe para la población, especialmente en un momento de incertidumbre económica y social.
La medida de devaluación podría tener un efecto positivo a largo plazo en las exportaciones y la balanza comercial del país.
Elevar la tasa de interés para los plazos fijos podría incentivar el ahorro y ayudar a estabilizar el sistema financiero.
La devaluación del peso puede ser un intento de ajustar las cifras económicas, pero también podría generar malestar en la sociedad.
La decisión de devaluar el peso refleja la complejidad de la situación económica del país y la necesidad de soluciones drásticas.
Elevar la tasa de interés es una medida para atraer inversión y fomentar el ahorro. Sin embargo, también puede encarecer el endeudamiento.