Tim Anderson de los Medias Blancas y el dominicano José Ramírez de los Guardianes se enfrentaron a golpes en la intermedia, lo que desató una trifulca en la que se vaciaron las bancas y derivó en seis expulsiones durante el sexto inning del juego que Chicago ganó el sábado 7-4 a Cleveland.
El altercado comenzó cuando Ramírez se deslizó de cabeza en la segunda base, con un doblete productor. Anderson se paró encima de Ramírez, quien quedó entre las piernas del torpedero.
Anderson mantuvo su guante sobre la espalda del quisqueyano, quien se levantó, señaló con un dedo a la cara de Anderson y le gritó algo.
Ambos se pusieron en guardia para pelear a puñetazos. Anderson soltó el guante y lanzó el primer golpe. La pelea comenzó y vino el impacto al rostro del pelotero de Chicago.
El manager de Cleveland Terry Francona, el coach de la antesala Mike Sarbaugh y el taponero dominicano Emmanuel Clase fueron expulsados, lo mismo que el piloto cubano de Chicago Pedro Grifol, por sus actos posteriores a la riña, que incluyeron varios nuevos conatos de pelea en el cuadro y en territorio de foul.
“No es algo divertido, pero los chicos son los chicos”, dijo Francona.
Hicieron falta 15 minutos para que los umpires pudieran restablecer el orden.
¡Vaya pelea! ¿Es que acaso no tienen autocontrol?
Me alegra ver la pasión en el juego, pero esto se pasó de la raya.
¡Qué falta de profesionalismo! La violencia no tiene cabida en el béisbol.
Apoyo a los umpires por tomar medidas rápidas para restablecer el orden.
¡Bravo por Anderson por defenderse! A veces, hay que poner límites.
No puedo creer que estos jugadores se dejen llevar por la emoción y la pelea.
Es una lástima que un gran juego se vea empañado por este comportamiento.
¿Por qué no se concentran en jugar bien en lugar de pelearse?
Me gusta ver la pasión en el béisbol, pero esto fue demasiado.
Aplaudo a los equipos por intentar mantener la calma después de la pelea.
¡Qué falta de profesionalismo! Estos jugadores deberían ser ejemplo para los jóvenes.
Apoyo la decisión de expulsar a los involucrados en la pelea.
Esto es lo que pasa cuando se pierde el control en el campo.
No puedo creer que estos adultos se comporten como niños peleando.
Es inaceptable que el juego se detenga por una pelea.
¡Menuda vergüenza! Estos jugadores deberían aprender a respetarse mutuamente.
Me preocupa que esto pueda afectar la imagen del béisbol.
Es triste ver cómo la rivalidad se convierte en violencia.
Aplaudo a Francona por su actitud madura frente a la pelea.
¿Por qué no pueden resolver sus diferencias de manera civilizada?