Cada 3 de diciembre, el mundo celebra el Día Internacional del Médico, una fecha para honrar a todos los profesionales de la medicina y conmemorar el nacimiento del médico cubano Carlos Finlay Barrés, quien descubrió el mosquito transmisor de la fiebre amarilla, el Aedes aegypti. Este hallazgo revolucionó la medicina y permitió salvar innumerables vidas.
Instituido en 1946 por la Confederación Médica Panamericana, inicialmente como Día Panamericano del Médico, esta efeméride busca destacar la labor inigualable de quienes dedican su vida a preservar la salud de la humanidad.
Finlay, además de su contribución científica, dejó un legado que ha trascendido generaciones, siendo pieza clave en la protección de soldados y civiles en América Latina contra esta mortal enfermedad.
En esta jornada, se reconoce la entrega de médicos generales y especialistas que enfrentan los retos de cada día con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus pacientes. Desde chequeos rutinarios hasta emergencias complejas, su labor incansable refleja el compromiso y la humanidad que caracterizan esta noble profesión.
Hoy, más que nunca, el Día Internacional del Médico nos invita a reflexionar sobre la importancia de su trabajo y a agradecer su invaluable contribución al bienestar global.