EE.UU., Australia, Baréin, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Alemania, Italia, Japón, Países Bajos, Nueva Zelanda, Singapur y el Reino Unido exigen a los hutíes rebeldes de Yemen el cese «inmediato» de sus ataques contra buques comerciales y militares en el mar Rojo, ya que, de lo contrario, tendrán que afrontar «consecuencias», señala un comunicado conjunto publicado este miércoles.
Los países catalogan de «ilegales, inaceptables y profundamente desestabilizadores» los ataques de los hutíes, que aseguran que no tienen «ninguna justificación legal» y «constituyen una amenaza directa para la libertad de navegación que sirve de base al comercio mundial en una de las vías fluviales más críticas del mundo».
«Estos ataques amenazan vidas inocentes de todo el mundo y constituyen un importante problema internacional que exige una acción colectiva», recalca el comunicado, recordando que «casi el 15 % del comercio marítimo mundial» pasa por aguas del mar Rojo, «incluido el 8 % del comercio mundial de cereales, el 12 % del comercio marítimo de petróleo y el 8 % del comercio mundial de gas natural licuado».
Para evitar ataques, las empresas navieras se han visto obligadas a desviar sus barcos hacia el cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, bordeando así el continente africano, «lo que añade costos significativos y semanas de retraso a la entrega de mercancías», subrayan los países.
«Pedimos el fin inmediato de estos ataques ilegales y la liberación de los buques y tripulaciones detenidos ilegalmente. Los hutíes asumirán la responsabilidad de las consecuencias si continúan amenazando la vida de personas, la economía global y el libre flujo del comercio en las vías fluviales críticas de la región», advirtieron.
¿Y si mejor nos preocupamos por las víctimas civiles en lugar de las amenazas?